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Está de moda, aunque es una bebida antigua. Se trata de un gran probiótico que ayuda a combatir las bacterias, reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y al manejo de la diabetes.
Casi recién llegada, ha logrado acaparar la atención de todo el mundo. Hablamos de la bebida efervescente y fermentada que todos conocemos como té kombucha. Su valor reside en que puede ayudarnos a fortalecer las defensas y la microbiota en tiempos de pandemia de Covid-19. Pero no es nueva.
Tal y como relata Kombucheria.com, en el año 414 a.C., un monje tibetano amante de la naturaleza llamado Kombu fue a la casa real del emperador Inkyo y le regaló el hongo de la kombucha. El emperador probó la bebida según las indicaciones y disfrutó tanto que quedó prendado de inmediato. A partir de ese momento se convirtió en un gran ‘kombuchista’. Recomendó la fabricación en todo su imperio. El éxito se extendió rápidamente y así esta legendaria bebida lleva su nombre: kombucha, que traducido significa ‘té de Kombu’.
Composición
- Vitaminas: B1, B2, B3, B6, B12, ácido fólico, C, D, E y K.
- Enzimas: invertasa, amilasa, catalasa, sacarasa, enzima coagulante, proteasa, etc.
- Ácidos orgánicos esenciales: ácido glucorónico, ácido láctico, ácido acético, ácido glucónico, ácido carbónico, ácido úsnico, ácido tartárico, ácido cítrico, etc.
- Minerales: del té o planta que se use. Por ejemplo, el rooibos contiene hierro, potasio, zinc, manganeso, cobre, calcio, magnesio, fluoruro.
- Y no menos importantes: levaduras y polisacáridos, además de la cafeína (en el caso del té) y aproximadamente 0,5% de alcohol.
La ciencia ha descubierto en ella estos beneficios para la salud:
Probiótico
Se elabora agregando cepas específicas de bacterias, levadura y azúcar al té negro o verde, y luego se deja fermentar durante una semana o más (1 fuente confiable). Durante este proceso, las bacterias y la levadura forman una película similar a un hongo en la superficie del líquido. Esta es la razón por la cual la kombucha también se conoce como té de hongos.
Esta gota es una colonia simbiótica viva de bacterias y levaduras, o un scoby, y se puede usar para fermentar nueva kombucha. El proceso de fermentación produce ácido acético (que también se encuentra en el vinagre) y otros compuestos ácidos, trazas de alcohol y gases que lo hacen carbonatado.
Una gran cantidad de bacterias también crecen en la mezcla. Aunque todavía no hay evidencia de los beneficios probióticos de la kombucha, contiene varias especies de bacterias de ácido láctico que pueden tener función probiótica, tal y como destaca un estudio publicado en ‘Food Microbiology’.Los probióticos proporcionan bacterias saludables al intestino, lo que contribuye a mejorar muchos aspectos de la salud, incluida la digestión, la inflamación e incluso la pérdida de peso.
Poder antioxidante
Muchos científicos creen que los antioxidantes de alimentos y bebidas son mejores para la salud que los suplementos. La kombucha, especialmente cuando se hace con té verde, parece tener efectos antioxidantes en el hígado.
Los estudios en ratas han encontrado que beber kombucha reduce regularmente la toxicidad hepática causada por químicos tóxicos, en algunos casos al menos en un 70%.
Si bien no existen estudios en humanos sobre este tema, parece ser un área de investigación prometedora para las personas con enfermedad hepática. De hecho, un trabajo publicado en ‘Journal of Microbiology Biotechnology’ determina: «Las moléculas antioxidantes producidas durante el periodo de fermentación podrían ser la razón de las propiedades hepatoprotectoras y curativas eficientes de este té contra la hepatotoxicidad inducida por fármacos».
Antibacterias
La principal sustancia producida durante la fermentación de la kombucha es el ácido acético, que también es abundante en el vinagre. Al igual que los polifenoles en el té, el ácido acético puede matar muchos microorganismos potencialmente dañinos, como demuestra un estudio publicado en ‘Journal of Agricultural Food Chemistry’.
La kombucha hecha de té negro o verde parece tener fuertes propiedades antibacterianas, particularmente contra las bacterias que causan infecciones y las levaduras Candida. Estos efectos antimicrobianos suprimen su crecimiento, pero no afectan a las bacterias y levaduras probióticas beneficiosas involucradas en la fermentación de kombucha. La relevancia para la salud de estas propiedades antimicrobianas no está aún clara.
Riesgo cardiaco
La enfermedad cardiaca es la principal causa de muerte en el mundo y los estudios en ratas muestran que la kombucha puede mejorar en gran medida dos marcadores de la patología, el colesterol LDL, el malo, y el colesterol HDL, el bueno, en tan solo 30 días, como destaca una investigación publicada en ‘BMC Complementary Alternative Medicine’.
Aún más importante, el té (especialmente el té verde) protege las partículas de colesterol LDL de la oxidación, que se cree que contribuye a la enfermedad cardiaca. De hecho, los bebedores de té verde tienen hasta un 31% menos de riesgo de desarrollar patologías cardiovasculares, un beneficio que también puede aplicarse a la kombucha.
Diabetes
Afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por altos niveles de azúcar en la sangre y resistencia a la insulina. Un estudio en ratas diabéticas encontró que la kombucha ralentizó la digestión de los carbohidratos, lo que redujo los niveles de azúcar en la sangre. También mejoró la función hepática y renal. Es probable que la kombucha hecha de té verde sea aún más beneficiosa, ya que se ha demostrado que la infusión en sí misma reduce los niveles de azúcar en la sangre. De hecho, un estudio de revisión de casi 300.000 personas encontró que los bebedores de té verde tenían un 18% menos de riesgo de convertirse en diabéticos
Fuente: Alimente El Confidencial
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