[vc_row][vc_column][vc_column_text]
Proveniente del deporte de alto rendimiento, el concepto de coaching es definido como un proceso de entrenamiento personalizado y confidencial que ayuda a cubrir el vacío existente entre donde una persona está ahora y donde desea estar, según la Asociación Española de Coaching (ASESCO).
“En otras palabras, el trabajo del coach consiste en ayudar a la persona a que consiga los objetivos que no ha sido capaz de alcanzar por sí misma. Para ello el coach cuenta con distintas herramientas que facilitan el proceso, pero una de las cosas más importantes es ayudar al cliente a tomar conciencia de aspectos que están dificultando su propio avance hacia el objetivo”, lo define la coach profesional Cristina Fernández.
El coaching ejecutivo es utilizado para mejorar la organización y el liderazgo en las empresas. Más del 70% de quienes participan en sesiones de coaching lo valoran de manera positiva y afirman que han conseguido mejorar su actividad profesional, según datos del Instituto de Coaching de Massachussetts (IOC).
Trabajan con directivas, emprendedoras o profesionales de cualquier tipo, también con equipos, retos frecuentes como, entre otras cosas, mejorar las relaciones laborales y la comunicación dentro de las empresas.
“Se suele empezar por los directivos, y las personas que toman decisiones estratégicas, y de ahí, en cascada, llegamos a los equipos”, apunta Silvia Adriasola, coach experta en liderazgo y empoderamiento femenino. Ella asegura toparse siempre con el impacto de los estereotipos que encorsetan a las mujeres.
“Muchas veces no somos conscientes, pero la mayoría de las mujeres que me encuentro han tenido dificultades para encontrar su estilo de liderazgo porque en general no tienen referentes y confunden el estilo de liderazgo con el de dirección, suelen apoyarse en modelos masculinizados y les cuesta encontrar su propio estilo”, destaca.
Sin embargo, a pesar de los buenos resultados, actualmente la sensación es que en España todavía no es una actividad tan demandada como en otros países. “La situación es complicada, existe mucha confusión sobre lo que hace un coach”, opina Cristina Fernández. “Es cierto que hoy en día un gran número de españoles ha escuchado alguna vez la palabra, pero la gran mayoría de la gente no sabe realmente en qué consiste. Muchos piensan que es una alternativa a la psicología y eso no es cierto”, explica.
Ellas no son consejeras ni asesoras, su misión es ayudar a cada persona a encontrar su propio camino. “Si yo aconsejo, le estoy diciendo al otro lo que tiene que hacer. Eso no es coaching. En cualquier caso, no significa que en ocasiones puntuales, y siempre y cuando el cliente lo pida de manera explícita, no se pueda dar un consejo, pero no es la base de nuestro trabajo”, apunta Fernández.
Por su parte, Silvia Adriasola, utiliza la metodología empowered by coaching, que trata de utilizar el coaching para el empoderamiento con perspectiva de género, por lo que ante la pregunta sobre si su trabajo es una herramienta potenciadora del liderazgo femenino no duda ni un segundo: “Siempre que la mujer tenga esa voluntad de desarrollo”, ya que sus procesos se enfocan hacia los objetivos concretos sobre los que quiera trabajar el cliente.
“Todas –independientemente de su posición- tienen en común lo mismo: la dificultad de creer en sus capacidades. Da igual que sean mujeres presidentas de compañías, o que sean mujeres rurales… Siempre se quitan mérito y nada les convence para creer en sí mismas”, expone Adriasola.
“Mi propuesta en estos casos siempre es la misma: trato de hacerles ver que el recurso más valioso que tienen son ellas mismas y el desafío es saber ponerlo en práctica”, señala la experta. También en el empoderamiento se encuentra una de las claves para acabar con los techos de cristal.
“Por mi experiencia desde luego, el coaching solamente suma. Reflexionamos juntas, promovemos la acción, vemos diferentes puntos de vista… Liderar tiene su exigencia y poder contar con esta conversación que se establece siempre suma”, valora Adriasola. “Especialmente en el caso de las mujeres profesionales porque vienen con ese peso de los estereotipos que son un handicap muchas veces: la dificultad de la conciliación, la inseguridad, los techos de cristal…”.
Fuente: https://business.vogue.es/carrera/articulos/coaching-ejecutivo-liderazgo-femenino/90