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Seguramente, en algún momento de tu vida, sentiste que tu vida necesitaba un equilibrio. Te percibías desequilibrado. Por lo general, en las consultas, cuando las personas recurren con esta problemática, les pido que dibujen las distintas áreas de su vida. Lo hacen de la siguiente forma:
Como verás, la mayor parte de su vida está centrada o gira alrededor de una determinada área. ¿Por qué? Porque la persona encuentra mucha satisfacción en un área y frustración en las otras. Entonces concentra toda la dopamina y la alegría en una única zona.
Otros lo grafican así:
Cuantas menos áreas haya en nuestra vida, mayor insatisfacción habrá. Necesitamos lograr un equilibrio en todos los sectores de la vida por igual. En el área del trabajo, de la familia, de la vocación, de lo social, de lo personal, etc.
Encontrar este balance es una de las más grandes satisfacciones. Un área siempre enriquece a la otra. No debemos monopolizar la felicidad. Tampoco depositar todo en una sola área. ¿Por qué? Porque, si yo encuentro satisfacción solo en la pareja o en el trabajo y no en las otras áreas, cuando por diferentes motivos esta área desaparezca (la pareja puede desaparecer si me separo; el trabajo puede desaparecer si me jubilo o lo pierdo), aunque este período de tiempo sea momentáneo, sentiré un gran vacío interno.
Entonces, ¿en qué consiste el equilibrio? Muchas personas consideran que el equilibrio es como una balanza.
Dicho modelo hace que consideremos el equilibrio como un estado. Entonces, pensamos: «Cuando alcance el equilibrio, seré feliz». Sin embargo, esta idea es falsa. Me gusta el modelo de la persona que está caminando sobre una cuerda o la persona que anda en bicicleta.
Este es el verdadero modelo: el equilibrio en movimiento. No estoy equilibrado, me voy equilibrando. Me estoy moviendo en función de un equilibrio constante. Hay personas que creen que, cuando resuelvan su problema, estarán bien, se sentirán equilibrados. Ellos ignoran el hecho de que, una vez resuelto ese problema, disfrutarán el equilibrio solamente durante algún tiempo; pues, detrás de ese problema resuelto, surgirá otro.
El equilibrio no es un estado sino una actividad. Es un movimiento constante, al igual que andar en bicicleta, moverse, seguir creciendo o caminar sobre una soga. Uno se balancea y va trazando ese equilibrio perfecto porque de eso se trata la vida: de tener muchas áreas y enriquecerlas todas con sueños, para nunca detenernos y seguir adelante.
Fuente: La Nación
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