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Ricky Rubio es uno de los mejores basquetbolistas del planeta. De hecho, este domingo fue elegido MVP de la final del Mundial China 2019 y el mejor jugador del certamen. Un crack que mostró su clase en la final frente a la Argentina y que también abrazó las causas sociales luego de una grave enfermedad que padeció su madre, antes de fallecer hace tres años.
Pero Rubio no sólo juega al básquetbol: también es convocado para dar charlas empresariales. Y un video suyo se ha viralizado en las últimas horas con un mensaje especial: el valor del trabajo, del esfuerzo, y la relatividad del resultado cuando algo se ha preparado a conciencia. Todo lo que implica el hecho de ganar y de perder. A la vez rescata las formas y le encuentra un sentido al día a día de la vida misma.
El mensaje de Ricky Rubio
«Tú puedes tener mucho talento, pero si no hay trabajo detrás… Hay una frase de Kevin Durant al respecto que es clara: «El trabajo le gana al talento, si el talento no trabaja lo suficiente».
«En los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 yo tenía 17 años. Y voy a jugar en los Juegos Olímpicos y me encuentro con Chris Paul, Deron Williams y Jason Kidd como bases de Estados Unidos. Probablemente tres bases que van a ser parte del «Hall of Fame», que es lo mejor que ha habido en la historia del básquetbol. ¿Cómo un niño de 17 años se
planta allí y juega la final contra ellos? No es cuestión de talento. Creo que es porque las ganas que tiene un niño son tan grandes que tenemos que aprender de ello. Yo aprendí del niño que era con 14, 17 años, en esa final».
«La ilusión es muy importante. Juegas en la mejor liga del mundo y entonces el nivel de exigencia es el máximo. Para llegar tienes que tener talento. Pero para mantenerte debes tener un nivel de consistencia, de esfuerzo diario y de mentalidad no satisfactoria en ese momento. No es cuestión de decir: «Ya he llegado a la NBA, puedo comerme 20
hamburguesas al día». Tienes que tener una disciplina. Y eso lo aprendes año a año. Cada año el nivel va siendo más exigente».
«Me he dado cuenta que durante el transcurso de mi carrera que cuando más me entreno, más suerte tengo. Hay días que dices: «Hoy no he metido ni una». ¿Qué pasa ese día? Michael Jordan tiró un tiro libre en un partido con los ojos cerrados. La confianza que tenía en si mismo de repetir tanto algo lleva a que no necesita ni ver el aro. Tomas el balón y ya lo tienes tan interiorizado, lo has repetido tantas veces, que te sale solo. Eso es un mensaje que podemos aplicar a la vida. Si quieres que algo te salga bien, trabaja mucho. Repite».
«Las victorias son muy importantes y son necesarias. Es una recompensa a todo el trabajo que realizamos. ¿Qué pasa con el fracaso? Al principio, no sabía perder. Me frustraba. Me desanimaba. En 20 años yo había ganado todo lo que se podía ganar en Europa. No conocía el fracaso. Me voy a la NBA y las cosas empiezan a salir mal. Me lesiono la rodilla, estoy nueve meses fuera. Estoy en un equipo en el que pensaba que íbamos a hacer buenas cosas y no entramos en los playoffs en seis años. Y esa experiencia de no triunfar me podría haber hecho que me dejara de gustar el baloncesto. Pero el fracaso me enseñó. Aprendí de él. Muchas veces pensamos que un problema que tenemos, un tiro libre en el último segundo, que todo es a vida o muerte.
Le pones mucha más presión de la que es. Si tú has practicado ese tiro libre, si has puesto las horas que tú crees, si tú crees que lo has hecho todo perfecto, y no ha entrado, olvídate del resultado».